Castaño viejo
Oí contar a mi padre hace muchos años que en toda la península, a principio del S. XX, los castaños sufrieron una pesque que los castigó duramente. Aún se ven estos ejemplares que sobrevivieron a las fiebres y siguen dando ese fruto castaño, color de sus hojas. Muestran sus heridas, pero siguen viviendo. Vien merecen esos versos de Urbina en Estaciones cotidianas:
Qué sois ahí en la tierra,
hojas amarillas, sino obras cumplidas.
Árbol, si hubo en ti vanidad
hoy te desnudas ...
Innúmera es tu dádiva.
¿Dónde tus manos?
1 Comments:
La rapidez de la vida
nos lleva a cometer errores
¿será que no valoramos suficientemente
lo que hacemos?
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