El nexo de las diferencias

Aquí vemos la convivencia de dos gigantes uno de hoja perenne y el otro de hoja caduca. Uno junto al otro han pasado la totalidad de su vida. Son árboles pero no son iguales.
Algo así pasa con los pies, los dos caminan juntos y son simétricos, pero no iguales. Si alguien quisiera embutirlos en el mismo zapato se vería reprendido inmediatamente por los doloridos dedos. Quiza este gesto de buena convivencia de los dos árboles de jardín quieran enseñarnos a respetar las diferencias y huir de la uniformidad.